Mateo


‘Esto ocurría en el bar Venecia. ¡Tú pregútale por ahí a cualquiera qué pasó en el bar Venecia y verás cómo te lo cuentan! Era en los tiempos en que aquí andaba todo revuelto y cada semana había una amenaza de bomba en algún sitio. Teíamos que andar con un cuidado de la hostia; pero, ¡bah!, aunque lo tuvieses, si querían te mataban igual.

‘Pues este compañero se llamaba Mateo, y andaba siempre intoxicado. Era un borrachín del carajo; pero es que, además, estaba un poco pirado. Tú verás lo que hizo el tío. Una noche que ya llevaba varias copas entró al bar Venecia y le dijo al camarero: “Ponme un cubata”; pero éste, con muy buen sentido, le contesta: “no, un cubata no te pongo; si quieres un mosto, o un café, te lo sirvo; pero un cubata no, porque vas muy mal”. Bien hecho, ¿no? Pero, ¡bah, qué le iban a decir al Mateo! Venía ya picado y quería seguir bebiendo, así que le repite: “te he dicho que me pongas un cubata, joder”. Y el camarero venga en que no, que ya había bebido demasiado.

‘A esto que alguno de los clientes debió soltar algo así como: “¡mira el chakurra, lárgate de aquí!”, o algo parecido; y entonces el Mateo, con toda su calma, lo señala con el dedo, luego al camarero, y les dice: “a ti y a ti os voy a matar; a los dos, por hijos de puta. ¡Pedidme un taxi!” Y cuando llegó el taxi se metió en él, se marchó para el cuartel, cogió el revólver y se vino de regreso al Venecia.

‘Mateo era muy malo en el tiro; cuando hacíamos prácticas no daba una en la diana y el teniente siempre le echaba la bronca y se metía con él. Pues, bueno, al verlo llegar otra vez en el taxi, el camarero salió de la barra y Mateo, desde la misma puerta, le pregunta: “bueno, ¿me vas a poner ese cubata o no?” Pero el del Venecia no era ningún miedica, sino un tipo bien bragado, y volvió a negarse: “¡que no te pongo nada, te digo, y que te marches a dormir la mona!”

‘Entonces el otro coge, saca el revólver y apunta al cliente, al que lo había llamado chakurra, que de un salto va y se protege tras el camarero. Al disparar, la bala le atraviesa a éste la garganta y le revienta al otro la cabeza. Mateo se da la vuelta y se marcha de nuevo al cuartel, se encerró en la habitación y se trincó una botella entera de whisky Dyc.

‘¡Bueno! Estuvieron buscándolo por la ciudad toda la noche y no daban con él; hasta que entraron a la fuerza en su habitación y allí lo encontraron, aún borracho y con la risa floja. El teniente se llevaba las manos a la cabeza, todo acojonado: “¡Mateo, vaya lío en que me has metido! ¿Cómo esperas que justifique yo esto?” Pero el Mateo se reía: “¡Je, je!, mi teniente: ¿no decía usted que yo era malo tirando? Pues me he cargado a dos de un balazo. A ver si usted es capaz de hacer lo mismo.”

‘Sí, hombre; pregunta por ahí lo del bar Venecia. Esa fue muy sonada.’

Publicado en Relatos | 2 comentarios

Ochandiano

Plaza principal

Plaza principal de Ochandiano

Tras unos días de fríos nortes, el otoño ha hecho su impetuosa entrada en el valle y la montaña alavesa, pasando una paleta de ocres y sienas sobre la arboleda y la hojarasca. Después, un veranillo de San Martín acompañado de cálidos vientos del sur ha venido a mitigar los rigores climáticos, creando unas condiciones ideales para viajar en moto.

Uno de los rincones del pueblo.

Uno de los rincones del pueblo.

En esta ocasión escojo Ochandiano, un pueblo que ya ha llamado mi atención en otros viajes y al que se llega por una muy entretenida carretera de curvas medias. La ligera cazadora que venía utilizando durante el verano ya se queda escasa, y tengo que echar mano del tres cuartos. No obstante, aún puedo utilizar el casco jet, cuyo tiempo de uso se está alargando más de lo que creía. Ha sido una buena compra. Y allá voy. Primero, unos aburridos quilómetros de autovía que me sirven, eso sí, para calentar el bicilíndrico en línea de la F800, más bien frío al principio. Algunas rachas fuertes de viento azotan de través los cuatro carriles de la autovía y me empujan hacia el arcén. Luego me desvío por la carretera local, protegida del viento por los árboles, que ya van dejando caer su vestimenta de hojas sobre el asfalto y ponen una cálida nota amarilla y ocre sobre la cinta grisácea y fría. Cojo las curvas, heterogéneas en trazado y radio, en alegre y animada sucesión. Siempre alerta, eso sí, porque a la calzada no le sobra anchura, vienen algunos coches en sentido contrario y un error puede costarme una tonta caída.

portico

Vista de la calle principal desde el pórtico de la iglesia

Antes de darme cuenta estoy entrando ya en Ochandiano. Tal es, desde el s XII, el verdadero nombre del pueblo, aunque el actual gobierno autonómico lo rebautizó como Otxandio, que es una evolución fonética relativamente reciente y de popularidad desconocida. Etimológicamente, Ochandiano significa el lugar de ochoa handía (gran lobo).

Casa torre en ruinas. Al fondo, el campanario de la parroquia.

Casa torre en ruinas. Al fondo, el campanario de la parroquia.

Descabalgo de Rosaura en las traseras de la iglesia y doy comienzo a mi visita. La plaza principal, Nagusia, es de un romanticismo y una armonía singulares, toda en piedra, incluyendo la impresionante tapia del frontón; extensa y despejada, guardada por el elegante torreón de la parroquia de Santa Marina, flanqueada por viejas casas, por el soberbio edificio del ayuntamiento y por un cobertizo columnado, lugar de reunión los días de mal tiempo. Copudos y corpulentos árboles dan fresca sombra a unos bancos de granito que podrían, sin duda, contar cien historias de enamorados y otras tantas de peleas entre cuadrillas. Sólo afea a Nagusia un moderno e innecesario panel luminoso informativo.

El campanario de Santa Marina visto desde un callejón

El campanario de Santa Marina visto desde un callejón

En uno de los tablones junto al ayuntamiento leo alguna orgullosa frase sobre el origen y la pureza vascuence de Ochandiano, primera localidad de Vizcaya, entrada a un territorio histórico con fuerte identidad. Nace la villa, dice, en el s XIII a la vera del camino real que unía Castilla con los principales puertos del Cantábrico vascuence, y era la puerta entre las vertientes mediterránea y cantábrica de los montes de Urquiola. Debía ser por aquel entonces no más que una aldea de pastores semi nómadas vascos cuando fue fundada como villa y recibió la carta puebla del entonces Señor de Vizcaya, López Díaz de Haro, con objeto de poblarla y establecer un centro comercial y defensivo como otros muchos en aquella época.

Tipica balconada vasca

Tipica balconada vasca

Luego, durante casi toda su historia, Ochandiano perteneció al Señorío de Vizcaya, de modo que, al recaer tal título sobre Juan I de Castilla en 1379, la villa pasó a formar parte de la corona de Castilla y posteriormente la de España. Un caso más en que se pone en evidencia la falta de fundamento para la independencia de un territorio que ni lo ha sido nunca, ni ha tenido antes de ahora conciencia alguna de identidad nacional. En el mejor de los casos, la de haber pertenecido a otra corona tampco vascuence: la de Navarra.

Caserío en ruinas

Caserío en ruinas

Además de por su plaza, el pueblo me atrae por su trazado en tres calles paralelas norte-sur comunicadas por misteriosos y umbríos pasadizos y cantones, típico de esa época en esta tierra; y también por la armonía y el buen gusto de sus casas, por los recios muros de sus edificios y por ese aire aún algo medieval, tranquilo, de gente amable y sencilla.

Casas de la plaza

Casas de la plaza

Algunas rachas de viento arremolinan las hojas que los árboles han dejado caer. Apenas se ve gente. En el centro de Nagusiahay una fuente de agua fresca y borbotante, con cuatro caños y una imagen de Vulcano, símbolo de las fraguas que supusieron el auge económico de la villa durante la época preindustrial, y consecuencia de las cuales los montes de los alrededores se vieron seriamente deforestados, verificando así el destino de tantísimas sociedades que, por atender sólo a lo inmediato, han forjado (y nunca mejor dicho) su propio declive. Al llegar la mecanización de la industria, y habiendo quedado los montes depauperados, Ochandiano ya no pudo competir y muchos de sus maestros y artesanos se vieron obligados a emigrar. Hubo el pueblo de reconvertirse a la agricultura, con la consiguiente pérdida de riqueza.

Calle principal, con sus bares y tabernas

Calle Nagusia, con sus bares y tabernas

A Ochandiano, como es normal en Vasconia, no le faltan atractivos bares y tabernas, sobre todo a lo largo de la calle principal, Uribarrena. Tras haber explorado los varios rincones del pueblo y fotografiado sus primores, entro a una pequeña taberna en la plaza, de nombre Danoena, donde dos viejos hablan en español y apuran el clarete de sus copas. El camarero es otro viejo, parlanchín y amable, al que pido una copa de lo mismo y me explica: ‘se vende y se bebe muy bien, y no es caro.’ ¿Pero es de la tierra?-le pregunto. ‘¡Ah, eso no sé! Catalán creo que es.’ Sí, era un espumoso catalán. Ese hombre y sus clientes-me dije-no parecen estar muy afectados por el típico chovinismo, y tal vez les importe poco la identidad vasca. Al marcharme, me aconseja un restaurante donde se come bien y a buen precio. Me chocó que, al despedirnos, no me dijera agur, sino adiós. Definitivamente ese hombre no se cuidaba mucho de política.

El consistorio

El consistorio, incumpliendo la ley de banderas por dejadez del gobierno español.

Antes de ir a almorzar, no obstante, recalo en el bar vecino, una herriko-taberna de esas donde, según dicen, recaudan fondos para la causa de ETA. Pero no me importa. No soy tan fanático que eso me impida tomarme un vino. Pido un chacolí con un pincho. Bai, me dice el chaval. Un tipo también agradable, como casi todos en esta tierra. Lleva, eso sí, el uniforme look borroka: una especie de coletilla, pendientes y aspecto jipi. Habla con otros clientes jóvenes en vasco. El local está decorado todo él con motivos independentistas y de apoyo a ETA o a sus presos, que para el caso es lo mismo. El lugar está descuidado, y las moscas revolotean a placer sobre los pinchos. A la hora de pagarle, me dice el precio en español y las gracias en vascuence, más el inevitable agur.

Vista parcial de la plaza

Vista parcial y otoñal de la plaza

Es curioso -me digo- que sean los jóvenes, que no han vivido represión alguna ni conocido los tiempos de la dictadura, quienes más radicales se muestren. Supongo que será cosa del adoctrinamiento recibido. Al salir del bar veo a tres moras cruzando la plaza, disfrazadas con sus túnicas de colores. Esta región ha atraído a una inusitada invasión morisca, que llena las capitales y llega hasta el villorrio más remoto. Tendría gracia que se islamizara la región antes de que los vascos consigan la independencia que tanto ansían.

La reconquista marroquí de Vasconia

La reconquista marroquí de Vasconia

Ochandio está, según su propia publicidad, en plena ruta del vino y el pescado, así que al entrar al restaurante no me pienso dos veces las opciones del menú. Sopa de pescado y lubina a la plancha. Me atienden bien, con amabilidad. La comida es buena, pero el vino, de Rioja, habría servido para teñir de granate las aguas de un río.

La plaza desde la entrada norte. Parroquia de Santa Marina al fondo

La plaza desde la entrada norte. Parroquia de Santa Marina al fondo

El café lo tomo en otro bar, al extremo opuesto de la calle. Me atiende una joven guapa y simpatica, que habla en vasco con algún vecino. Me sirve un café muy aromático que tomo sentado a una de las mesas de fuera. El lugar y la atmósfera no tienen nada que envidiarle a los de esos bonitos y cuidados pueblos franceses. Viajar por aquí es un placer.

Fuente y monumento a las herrerías

Fuente de Vulcano

Un último paseo, unas últimas fotos, y vuelvo a donde tengo la moto aparcada. Me calo casco y guantes, cabalgo sobre Rosaura, arranco y emprendo el camino de regreso, disfrutando el paisaje y las curvas, los colores del otoño y el aroma a tierra mojada.

Tomando el sol del mediodía en un caserío abandonado

Echando una siesta al sol del mediodía en un caserío abandonado

Publicado en Vasconia en dos ruedas | 4 comentarios

En desagravio a Torrente Ballester

Publicado en Estrella Digital

Publicado en Estrella Digital

Un reciente y por completo innecesario artículo de Ángel Vivas, publicado en el diario El Mundo el pasado diez de octubre, ha tenido el malaje de hacerme saltar de indignación en el asiento. En él, el periodista Ángel Vivas, en palabras del crítico literario José Carlos Mainer, tienen el desacierto de afirmar una serie de dislates en descrédito del escritor Gonzalo Torrente Ballester, entre otros. Según Mainer, o según Vivas, o ambos (pues no se sabe bien qué aporta cada cual), este literato encarnaba la cultura del bando franquista, formaba parte de la corte literaria de José Antonio, tras su literatura había una ideología hedionda, fue falangista convencido y, en definitiva, sólo su adhesión al franquismo le dio reconocimiento literario. ¡Por Cristo vivo, qué sarta de sandeces! Flaco favor les hacen Vivas y Mainer a la historia y a la literatura levantando tales infundios en desprestigio de uno de nuestros más grandes literatos.

Da la casualidad de que este humilde bloguero se conoce de pe a pa la obra de Gonzalo Torrente y no pocos datos de su biografía; y resulta que, a poco que se sepa sobre este gallego, no se puede ignorar que su escasa inclinación ideológica nada tenía que ver con la Falange, y que era más bien galleguista, si acaso con cierta tendencia al anarquismo. Antes de la guerra había militado en el Partido Galleguista, de corte regional, nada del agrado del Régimen; y si después se afilió a la Falange fue, desde luego, por razones de supervivencia, no de convencimiento. De hecho, en su obra no hay apenas un asomo de política y, si algo en ella se trasluce del escritor, es el gran apego a su tierra y un espíritu bastante liberal, de mente abierta y pocas certidumbres.

Y, para rematar el artículo, concluyen Mainer y Vivas diciendo que la novela Javier Mariño es el arquetipo de una conversión al franquismo. ¡Sálveme Dios! ¡Qué insólito disparate, dicho precisamente de un libro que fue secuestrado por la censura franquista!

Tal rosario de insidiosas inexactitudes revela, de un lado, un sentido crítico ofuscado por vaya usted a saber qué frustraciones, rencores o envidias; y, de otro, una perfecta incomprensión de la obra de Don Gonzalo. Me da la sensación de que los señores Mainer y Vivas no han entendido ni una sola palabra de lo que escribió Torrente Ballester; un hombre que, casi siempre tras una pudorosa envoltura humorística y metafórica, escribió sobre todo del amor y de la belleza: esto es todo lo que hay en sus novelas. Su único pecado, que la progresía no le perdona, es el de haberse mantenido al margen de ideologías y haber sobrevivido al franquismo sin exiliarse. De  hecho, no sólo es falso que su adhesión al franquismo le diera el reconocimiento literario, sino que fue su supervivencia al franquismo lo que le bloqueó el renombre que se habría merecido.

¡Ay, qué enorme daño a la Verdad puede hacer un mal uso del privilegio de ser publicado en la prensa!

Publicado en Crítica | 1 comentario

La gran mentira

Publicado en Estrella Digital

Publicado en Estrella Digital

Sería lástima que uno de los datos más reveladores y significativos publicados en estos últimos días pasara desapercibido entre el ruido de otras noticias que, ciertamente más morbosas, son menos importantes desde el punto de vista de la civilización. Me refiero al incremento que ha habido en el número de millonarios (gente con patrimonio superior a 750.000 €) en España durante el último año: a mediados de 2013 teníamos 47000 millonarios más que a mediados de 2012, o sea un 13’2%. La explicación inmediata que dan los economistas, a vista de ratón, es que los mercados financieros llevan un tiempo evolucionando bastante bien, y es en dichos mercados donde invierte la gente con dinero. Pero resulta que en 2012, sin esa buena evolución de los mercados financieros, también aumentó el número de millonarios, aunque “sólo” en un 5’4%. Más aún: el año anterior, en lo peor de la recesión económica, la cantidad de millonarios en España apenas descendió un 2%. Entonces, si observamos y consideramos estos datos a vista de águila, sin dejarnos distraer por causas inmediatas, tenemos que, incluso en plena crisis, la riqueza total no parece haberse destruido ni haberse quedado estancada, sino que más bien parece haber cambiado de manos: desde las clases medias o menos favorecidas, hacia las que lo están más. En otras palabras. que las desigualdades económicas han aumentado tanto en número como en distancia; lo cual pone de manifiesto que nuestro sistema político y económico, nuestra gallarda democracia con todo su ornamento de grandilocuentes valores: libertad, democracia, igualdad, progreso, etc, no es más que una gran mentira social; y nuestro churrigueresco ordenamiento jurídico es sólo papel mojado. De modo que, frente a estas conclusiones, tan dramáticas como insoslayables, me parece nimio andar preocupándonos por unas feministas de más o unos fraudes sindicales de menos.

Publicado en sociopolítica | Deja un comentario

España y el español

Creo que la tibieza es uno de los mayores problemas de la derecha española, y que nuestras diversas fuerzas políticas estarían más equilibradas, y se enfrentarían en mejor igualdad de condiciones, si el españolismo y la derecha tomaran nota de algunas virtudes importantes que ahora son monopolio de la izquierda y del separatismo, como el sentido de legitimidad moral e histórica y la falta de conformismo.
Tengo la impresión de que la derecha está demasiado aburguesada, de que es demasiado acomodaticia, y además siente aversión por la calle, no sé si porque sienten que la protesta callejera es poco digna, o -y esto sería peor aún- porque, en el fondo, se avergüenzan de su propia ideología. Comoquiera que sea, me parece que las derechas en España adolecen de cierta debilidad de carácter y fragilidad ideológica que les hace claudicar con excesiva facilidad ante las astutas consignas del victimismo izquierdoso e independentista. Esos defectos, junto al miedo -al parecer insuperable- a ser tachados de intolerantes, me sugieren un preocupante complejo autoritario; pero en ese caso no deberían extrañarse ni dolerse cuando los llaman nazis o fachas, pues a lo mejor ellos mismos se sienten desligitimados en su posicionamiento político. Serio problema, sobre todo teniendo en cuenta que, en España, si no te llaman facha o intolerante una vez por semana, algo estás haciendo mal.

Bandera antinómica

Bandera antinómica

Pero si no es un complejo, no me explico que la derecha haya renunciado con tanta presteza a la palabra España y sus derivados. Cuando nuestra democracia aún era muy joven, ya las derechas negaron -como Pedro negó a Jesús- eso de España para abrazar y consagrar lo de “este país”; y no mucho después, al impulso de las fuerzas antiespañolistas nacido del rencor y amparado en la nefasta redacción del art. 3 de nuestra Constitución, a su vez respaldado por una politizada y patética Real Academia de la Lengua, la derecha traicionó al idioma español para entronizar a la lengua castellana, esa anacrónica imprecisión semántica cuya única razón de seguir existiendo es que satisface el revanchismo de la media España descendiente de quienes fueron derrotados en la guerra civil.
Y es así como, bajo la mayoría absoluta del PP, resulta que la propia “Ley Wert” -supuesta reconquista de lo ibérico- en lugar de recuperar la lengua española de toda la vida, confirma la inocua lengua castellana, negadora de todo concepto de patria. Penosos complejos de la derecha. Porque de nuestras izquierdas, sucesoras de los republicanos, es comprensible que, con sus imbatibles tácticas propagandísticas y su virtuoso dominio de la manipulación, se alineen del lado de los independentismos y abominen de términos que, convenientemente sesgados, sean susceptibles de identificarse con el franquismo, como España o lengua española. Pero si nuestras derechas claudican ante esas maniobras, ¿qué fuerza tienen luego para querer hacer patria y defender la unidad de una España cuyo nombre llevan cuarenta años sin atreverse a pronunciar?

NOTA SEMÁNTICA: El gallego, aunque fuese una lengua española (que no lo es, pues también se habla en zonas de Portugal), no es la lengua española. Lo mismo puede decirse del vascuence y el catalán, e incluso del castellano (suponiendo que alguien sepa exactamente lo que el castellano sea, dónde empieza y dónde acaba). De manera que sólo el español es la lengua española por antonomasia. Este debate, tan trillado, se reduce en el fondo a una simple cuestión de distinguir entre adjetivos y sustantivos, artículos determinados e indeterminados, y a la teoría algebraica de conjuntos. Todo lo demás es querer marear la perdiz, palabrería e instrumental político.

Publicado en sociopolítica | 4 comentarios

Sindicatos y academias, mano a mano con el fraude

Publicado en Diario YA

Publicado en Diario YA

El fraude llevado a cabo con los cursos formativos organizados por los sindicatos ha sido una práctica duradera e innegable; una de esas realidades vox populi que, a fuerza de impunidad, llegan a considerarse normales; “así es como funciona”, acaba pensando la gente.
Desde luego, no cabe la menor duda del protagonismo y la culpabilidad de los sindicatos, pese a que sus líderes, lógicamente, niegan la mayor… y están en su derecho, como en su derecho a mentir está todo imputado en un delito.
Sin embargo, para hacer honor a la justicia, hay que acusar también a otros no menos responsables que se han beneficiado de la corruptela. Pero, antes, voy a explicar brevemente, para quien lo desconozca, cómo funcionan estos fraudes.
Existen unos fondos públicos para la formación de desempleados, y parte de estos fondos se entregan a los sindicatos para que sean éstos quienes se encarguen de organizar y convocar los cursos. Como es natural, tienen que justificar ante las administraciones donantes el uso que le han dado a ese dinero. Pero ellos no imparten los cursos, sino que, a su vez, subcontratan a academias o profesores autónomos para ese fin. Hasta aquí, todo es razonable. Pero ¿qué sucede en realidad? Pues que, para que una academia o autónomo pueda aspirar a que le adjudiquen el contrato de un curso formativo, los sindicatos le ponen una condición inexcusable: en la factura que la academia expida por sus servicios ha de consignar una cantidad varias veces superior al precio que va a cobrar: el doble, el triple o el quíntuple, según; y este exceso sobre el precio se lo queda el sindicato, que de este modo justifica pagos muchísimo mayores de los que en realidad efectúa. Ahora bien, para cuadrar las cuentas, es necesario que la academia o autónomo pueda a su vez justificar gastos por el importe que los sindicatos se han embolsado, ya que de otro modo sus impuestos se dispararían y no le quedaría ganancia alguna. Pues bien: eso ya está todo pensado y el propio sindicato se encarga de proporcionarles lo que, en el argot, se denomina la contrafactura; o sea, una factura falsa por unos gastos ficticios en los que se supone que la academia o autónomo han incurrido al impartir el curso, gastos imaginarios que minoran los ingresos imaginarios, para que todo cuadre.
Desde luego, el gran beneficiado aquí es el sindicato, que se embolsa cantidades astronómicas de dinero público. Pero también se aprovecha la empresa que realiza el curso, pues su aquiescencia con el fraude le permite acceder a un contrato del que una actitud honrada le privaría. De modo que, como vemos, para que la estafa funcione, hay que contar con la necesaria cooperación de las academias o autónomos; sin esta cooperación, el engaño no sería viable. Y cualquier estudiante de derecho sabe que tan culpable de un delito son sus autores directos como los cooperadores necesarios. Y no olvidemos que un negocio sólo puede ser tan limpio como el menos sucio de sus partícipes.
Aún hay más: si depuramos responsabilidades cívicas, también resultamos en cierto modo culpables todos los que, sabiéndolo, no lo hemos denunciado, como habría sido nuestra obligación ciudadana frente a los delitos de que tenemos noticia. Lamentablemente, uno de los peores problemas de nuestra idiosincrasia es que no somos capaces de asumir nuestra parte de responsabilidad.

¡Necesito un país nuevo!

Publicado en sociopolítica | 2 comentarios

Bienvenido míster Marshall

Publicado en Estrella Digital

Publicado en Estrella Digital

El gobierno de España modificará la ley que regula la prohibición de fumar en lugares públicos donde esto pueda afectar la salud de terceras personas, con objeto de satisfacer la condición que Sheldon Adelson, el magnate norteamericano del juego, impone a la Comunidad de Madrid como requisito indispensable para crear el complejo lúdico conocido como Eurovegas.
Pero cambiar la ley antitabaco única y exclusivamente para que pueda fumarse en Eurovegas supone un deplorable retroceso en la defensa de los derechos y libertades de la ciudadanía, que tanto trabajo costó conseguir, con objeto de que se antepusiera siempre el derecho de los no fumadores a respirar aire sin humo al de los fumadores a consumir labores del tabaco; y también una clara violación del principio de igualdad, ya que discrimina al resto de establecimientos públicos cuyos dueños también querrían que se permitiera fumar en ellos. Y, lo que es peor: al cambiar la ley para asegurar los máximos beneficios de un magnate, España se prostituye con un descaro y en grado sin precedentes.
Los argumentos que tanto los políticos de la Comunidad de Madrid como –muy especialmente– David Pérez, el alcalde de Alcorcón, esgrimen para adoptar y apoyar esta medida son débiles, cuando no simplemente ridículos. Por un lado, aseguran que se generará mucho empleo; y así será, con toda probabilidad; pero, como siempre, los políticos sólo miran el corto plazo, puesto que, entre otras cosas, dicha afirmación ignora deliberadamente el impacto social y medioambiental que tanto a corto como a largo plazo puede tener la creación de semejante centro del consumo, y los costes indirectos (casi imposibles de calcular) que conllevará. Por otro lado, argumentan que no tiene por qué haber riesgo para la salud de los no fumadores porque, al fin y al cabo, entrar a un casino es algo voluntario. Esto sí que no se tiene en pie. ¿Acaso no es también voluntario entrar en un bar cualquiera? Y, sin embargo, para eso se aprobó la ley antitabaco: para que quien voluntariamente quiera ejercer ese derecho pueda hacerlo sin tener que convertirse en fumador pasivo. O se autoriza el tabaco en todas partes, o no se autoriza en ninguna.
Entonces, ¿qué es lo que subyace tras esta aberrante modificación de la ley? Está claro: por un lado, el gol político y espaldarazo electoral que se apuntarán quienes estén en las esferas concéntricas alrededor de Eurovegas, gracias al inminente y significativo aumento del empleo y de la actividad económica que se producirán durante la construcción del complejo, parte de los cuales permanecerán después, al menos durante unos años. Es decir, que una vez más se anteponen los intereses de los políticos y sus partidos sobre los de la sociedad en su conjunto, para la que una modificación como esta puede debilitar la ley antitabaco hasta tal punto que la haga tambalear. Por otro lado, las más que presumibles comisiones, regalos o prebendas que muchos de los implicados en la decisión reciban como contrapartida, posibilidad que le está vedada al pequeño empresario, que no tiene dinero para convencer a los políticos. Si España fuera un estado de derecho serio y no una república bananera, no cedería a esa presión del capital estableciendo tan lacerante excepción. Y, desde luego, una cosa es cierta: Mr. Marshall no ha elegido a España para su Eurovegas por lo mucho que nos quiere o la predilección que sienta por nuestro país, sino porque sabe que aquí la ley se puede comprar.

Publicado en sociopolítica | Deja un comentario

El FEMENómeno

El Femenómeno es lo más grande que ha llegado a la “vida política” europea desde Cicciolina; aunque mejor, porque Ilona Staller era una actriz profesional, y eso siempre le quita morbo a la cosa, mientras que estas lozanas jovencitas de gloriosos atributos son verdaderas espontáneas de inspiradora frescura. Dicen combatir la industria del sexo y yo digo: ¡por Satanás que la industria del sexo ha encontrado unas duras combatientes!, pues no hay profesionales que puedan competir con el destape natural, voluntario y ardiente de un exhibicionismo convencido. Además, no sin razón se ha dicho siempre que las de colegios de monjas son las mejores, las más salaces y osadas. Nunca, ¡ah!, plugo a los dioses regalarme con una amante así. Grande éxito y prospeeriad le deseo al movimiento Femenista, y que recluten muchas adeptas para que le pongan su juventud triunfante a las portadas de los periódicos, a las noticias de los telediarios, desbancando así las aburridísimas revistas y películas pornográficas. Ríome yo, si Femen nos hace tal merced, de las timoratas escenas del puritanismo hollywoodiano y de los baratos desnudos del cine español.

Publicado en Estrella Digital

Grandes cambios han operado estas mujeres en mí, además. Mientras el feminismo había sido cosa de gordas y feas, a lo Almeida, confieso que nunca llegó a interesarme gran cosa; pero este nuevo Femenismo me ganó para su causa en treinta segundos desde su primera aparición, hace ya meses. Y hoy, con su entrada en España, termina de ganar mi voluntad. Ahora soy un Femenista entusiasta y convencido. Ya no veo, como antes, en los cuerpos de estos ángeles un objeto de deseo, sino tan sólo deseables herramientas o armas de protesta, y suscribo cualquier lema que venga escrito en sus divinas, cutáneas pancartas. La fuerza de sus argumentos siempre gemelos, que miran alegres al cielo dando gracias al Olimpo por tanta maravilla con sus grandes ojos ciegos, es arrolladora. Colecciono sus turgentes frases, firmes como la fe, y las pongo como fondo de mi escritorio para que marquen el norte de mis sueños y aderecen mis amaneceres.
¡Divinas Femenistas, dulcísima Lara, yo os invoco! Llenad los medios de comunicación, el país entero, con vuestras armas de combate, y seguid por muchos años escandalizando la moral religiosa de este contumaz pecador.

Publicado en Mundo eslavo, sociopolítica | Deja un comentario