Borselv, un campamento en la taiga

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Es una mañana gris y fría del mes de agosto en Finnmark cuando empaqueto mis cosas, dispersas por la habitación del hotel Nordkyn, y salgo al patio trasero para cargar el equipaje en las ancas de la fiel Rosaura. El viento se arremolina en los rincones del aparcamiento, y con el trajinar de las maletas y demás historias moteras se me quedan las manos heladas. Va a ser un día oscuro y no me extrañaría que tuviésemos algo de lluvia. ¡Me siento tan lejos de todo aquí, en este pequeño golfo al extremo de la península Nordkinn! Me quedan cien quilómetros de páramo rocoso hasta Ifjord por una carretera perfectamente solitaria, y luego enlazaré con la 98 para seguir mi ruta hacia el surooeste por esta comarca fría, salvaje y hermosa. Sigue leyendo

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Kjollefjord, con la mirada puesta en el mar

Kjollefjord mirando a poniente

Kjollefjord mirando al oeste

A menudo considerado el crucero más bonito del mundo, Hurtigruten es una línea de pasaje que enlaza, con frecuencia diaria, treinta puertos a lo largo de la costa noruega desde Bergen hasta Kirkeness, cruzando impresionantes fiordos y atravesando asombrosos canales. La línea tiene una docena o así de buques lujosamente equipados: spa, piscinas, discoteca, tiendas, casino y demás; en cierto modo, una trampa para turistas; pero una línea que, gracias a su perseverancia, presencia y frecuencia, ha llegado a formar parte del paisaje noruego casi tanto como su famoso litoral: es casi imposible, al viajar por este país, no encontrarse con alguno de estos barcos Hurtigrutten aquí o allá.

La línea comenzó a funcionar en el s. XIX como un servicio subvencionado para los pueblos más inaccesibles o aislados de la costa, pero a medida que la infraestructura vial y aérea mejoró, empezó a perder esa utilidad (y las ayudas gubernamentales); y si el Hurtigruten sigue existiendo es porque han sido capaces de adaptar el negocio a tales cambios, enfocándolo sobre todo al turismo (aunque aún proporciona un valioso servicio como transporte de mercancías). Como los billetes son bastante caros, la mayoría de los pasajeros no hacen el viaje completo (once días ida y vuelta), sino sólo algunos puetos, como parte de sus vacaciones en coche o autocaravana, con lo que, a la vez que disfrutan de un breve crucero, se ahorran el puñado de quilómetros que, de otro modo, habrían tenido que conducir por las inacabables carreteras costeras llenas de curvas. Sigue leyendo

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Mundaca: entre el mar y el cielo

¡Y qué vitales contrastes, llenos de luz y color, pone el Cantábrico en los paisajes de este día soleado! Cruzando la provincia de Vizcaya por la montaña, desde Vitoria y por el lado de Amorebieta, los adustos pinares serranos se combinan en la vertiente norte, al bajar ya por el valle del Mundaca, con los azules del mar, salpicados de esas alegres palomitas blancas que son las muchas barcas en la ría fondeadas, y forman vistosos cuadros de amplio horizonte en los que la mirada se distiende y los pulmones parece que se llenan de un aire fresco y nuevo.

Isla de Ízaro frente a la ría de Mundaca

Isla de Ízaro frente a la ría de Mundaca

No me paro en Guernica porque el mar me llama con el poderoso grito de su profundo azul y su salobre promesa de olores costeros. Continúo valle abajo hasta avistar, frente a la ría de Mundaca, la disputada isla de Ízaro, cuya propiedad reclamaban para sí bermeanos y mundagueses en una rivalidad que –según el decir popular– dio lugar a una regata anual en que se dirime la pertenencia de un modo festivo. Sigue leyendo

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El letargo estival del faro Slettnes

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En el extremo nororiental de Noruega –donde el Este y el Oeste tienen un silencioso encuentro– el actual condado de Finnmark fue durante siglos territorio de los sami, llamados finnar (fineses) por los antiguos nórdicos; y hoy en día es la mayor y más despoblada provincia del país, con una línea de costa –islas inclusive– que mide cerca de siete mil quilómetros; es decir, aproximadamente la misma distancia que hay desde Madrid hasta aquí. Si pudiera hacerse todo el litoral de Finnmark en moto, yendo a un ritmo como el que traigo durante este viaje se tardarían dos meses.

La costa norte de Noruega alberga sus mayores colonias de aves

La costa norte de Noruega alberga sus mayores colonias de aves

Nordkinn, una de las cuatro penínsulas del condado, es una región de fascinante naturaleza y asombrosos paisajes que hoy voy a recorrer hasta su extremo norte cruzando ciento cincuenta quilómetros de tundra, al final de los cuales, como un balcón sobre el mar de Barents, se asoma el emblemático faro Slettnes, a veces considerado como la cima de Europa. Sigue leyendo

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La tundra y el corazón de Finnmark

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El romero que vaga hacia Ninguna Parte no quiere volver sobre sus pasos ni recorrer dos veces el mismo camino. Si ese destino suyo desconocido, acaso inexistente, no se hallaba en donde ya estuvo, ¿a qué acudir allí otra vez? La búsqueda ha de continuar por nuevos derroteros. Pues aun así, a mi pesar, hoy va a ser la primera vez en este viaje que vuelva grupas por un lugar ya andado; y no será la única: la geografía noruega así lo impone. Y es que muchos son los rincones perdidos de este país que no tienen más salida que la carretera de entrada. A esta clase de lugares, Unamuno los llamaba pueblos terminales, y decía de ellos que solían ser más fecundos en personajes notables. Tanto como Unamuno yo no sé, pero ¿cómo dudar de que tales pueblos aislados, que no están de paso a otra parte alguna y de los que, cuando se llega, ha de regresar el viajero por el mismo camino que allí lo trajo, al estar menos expuestos al río social conservan por más tiempo sus ideas y costumbres? Sigue leyendo

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Vadso, un asombroso balcón al Ártico

vadso

Cuando el famoso explorador de trágica muerte Roald Amundsen, primero en pisar el polo sur durante su épica expedición antártica de 1912, se propuso alcanzar en 1926 el extremo opuesto del globo –los 90º de latitud norte– en el dirigible italiano Norge, antes de sobrevolar el casquete polar hizo una última parada logística en Vadso, Noruega, donde aún se yerge el mástil en que amarró su zepelín. Amundsen, un auténtico aventurero (antes de que las tarjetas de crédito y los teléfonos móviles pusieran fin a tal oficio), desapareció para siempre dos años más tarde en el mar de Barents, irónicamente durante una misión de rescate; y así halló su tumba en las blancas y gélidas latitudes que había amado tanto.

Hoy me dirijo a Vadso para visitar aquel legado histórico y hacer un pequeño homenaje a esos exploradores que no dudaban en sacrificar sus vidas… a cambio –sí– de la gloria, pero sobre todo en pos de sus pasiones. Sigue leyendo

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Naufragio de las tarjetas Younique Paypal gracias al Banco de España

paypalComo consecuencia de graves infracciones legales por parte de Younique Money (YUM), empresa asociada con Paypal para emitir y gestionar sus tarjetas prepago, desde el 6 de febrero de 2015 todos los titulares de dichas tarjetas se encontraron con la sorpresa de que sus saldos habían quedado congelados e inutilizables, sin garantía alguna de poder recuperarlos. Pese a que las tarjetas se emitieron bajo el patrocinio y con las bendiciones de Paypal, con su logotipo y publicidad, la multinacional norteamericana se ha desentendido por completo del problema y, aduciendo que YUM ‘son sólo asociados’, han abandonado a sus clientes rehusando respaldarlos con medida eficaz alguna o compensarlos por las inminentes pérdidas, menos aún garantizar la recuperación de los saldos. Sigue leyendo

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Sevettijärvi, donde da la vuelta el aire

etapaNaatamo

Inari no sólo ha sido fundirme en añoranzas y autocompasión, ni mucho menos. De hecho, y en lo que se refiere a nuevos contactos y coincidencias, ha resultado una de las etapas más animadas que he tenido por ahora en este viaje. Para empezar está la joven pareja de españoles que trabaja “de gratis” en Villa Lanca, cuya presencia en Inari me ha sorprendido no poco. ¿Quién iba a pensar que a siete mil quilómetros de España y –sobre todo– en lugar tan minúsculo y remoto iba a encontrarme con dos compatriotas? Chavales de lo más simpático, además, que se han portado conmigo muy amablemente, excediéndose en sus obligaciones como huéspedes, y con quienes he compartido algunos buenos ratos de charla. Sigue leyendo

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