De entre todas las adaptaciones para la pantalla que conozco de las famosas aventuras de Karl Munchhausen, esta versión rusa, cuyo título original podría traducirse como Ese mismo Münchhausen, es con mucho la mejor de todas, y el guión de Grigory Gorin está muy por encima de sus rivales, e incluso del propio libro en que se basa.
El barón Karl Hyeronymous von Münchhausen fue un interesante personaje real de la Alemania del siglo XVIII que, según cuenta la historia, solía entretener a su audiencia con exagerados relatos, o mejor dicho con versiones descaradamente fabulosas, sobre sus viajes y aventuras, aunque al parecer las contaba de un modo tan natural que habría sido injusto tacharlo de vulgar mentiroso. Pues acerca de este barón y sus cuentos, un contemporáneo suyo, no menos interesante personaje apellidado Raspe –por lo visto un auténtico bribón– escribió un libro (cuya autoría nunca admitió, para evitar que el barón lo demandase) bajo el título de Extravagantes aventuras del barón Munchausen, libro que vio un inesperado número de ediciones sucesivas, ampliadas a cual con fantasías más increíbles. Con el devenir del tiempo, esta obra se convertiría en un clásico del género de viajes maravillosos o relatos de aventuras, al estilo de Gulliver o Robinsón Crusoe.
Siglo y medio más tarde el libro se llevó al teatro, y luego, a lo largo de las siguientes décadas, se hicieron algunas adaptaciones cinematográficas, entre las que se cuentan una producción alemana de 1943, una versión checa animada de 1961, la película rusa que aquí me ocupa (título original Tot samyj Mjunkhgauzen), del año 1979, y una oscura producción de Hollywood de 1988 (Uma Thurman y Robin Williams en el reparto). Pero, como he dicho, la rusa sobrepasa por goleada a todas las demás desde cualquier óptica: la dirección (a cargo de Mark Zakharov), la escenografía y la interpratación, pero sobre todo el guión: mientras que las otras van dirigidas a una audiencia infantil y se limitan a reproducir, como historietas inconexas, algunas de las fantásticas aventuras del barón, pero sin ahondar en el personaje ni meterse en filosofías, Gorin nos presenta una historia lineal para adultos con un enfoque bastante más ambicioso (que no pretencioso), en el que juega magistralmente con lo absurdo y paradójico, y nos presenta situaciones sorprendentes, hilarantes o dramáticas que tienen por objeto plantearnos interesantes dilemas morales. Sigue leyendo →