El Brasa Viva es, por su buena relación calidad-precio, tal vez la brasería más popular de la capital de Moquegua. Su valoración en redes sociales es alta y suele estar lleno durante las horas punta restaurantiles, pese a su orientación comercial un poco al estilo de los fast-food, con una limitada oferta de platos, una atención y servicio rápidos (salvo horas punta) y una filosofía tipo “llega, come, paga y márchate”: al cliente le toman la orden nada más sentarse y, en poco menos de diez minutos, le traen lo que haya pedido. Pero como el local no tiene más allá de una docena de mesas y son muchos los moqueguanos que, sobre todo por la tarde, acuden a cenar allí, con frecuencia hay cola de clientes esperando en la puerta a que otros acaben.
Como su nombre sugiere, se especializa en carnes a la parrilla y, aunque los cortes no son los mejores del mercado, por regla general son aceptables, las porciones generosas y los platos vienen acompañados con buenas papas fritas y ensalada. Sirven, además, vino cosechero del país en jarras, que no está mal de sabor y no sale caro. Un buen lugar, en fin, para ir varias veces a tantear los platos cárnicos más populares del Perú sin dejarse la cartera en el intento: por menos de 40 soles se come uno una parrillada de res, chancho, cordero o anticuchos, más el choricillo de propina, incluyendo la guarnición y la bebida. Sigue leyendo