Una guerra cada día más falsa

El autor del artículo cuya traducción ofrezco aquí escribe bajo varios nombres con las iniciales R. S., aunque mantiene siempre su persona en el anonimato. Al tiempo de escribir esto, se hace llamar Rurik Skywalker. Cuando yo empecé a seguirlo, el nombre de turno era Rolo Slavskiy, que es como aún lo conocen e interpelan muchos de los lectores en su blog de Substack, donde casi a diario descarga en forma de largos artículos su furiosa e incontinente oratoria.

Rolo es un personaje excéntrico donde los haya, al que gusta jugar el papel de enfant terrible. De etnia eslava, nacionalidad rusa o ucraniana y autoexiliado -parece ser- en EE.UU., se considera a sí mismo un acérrimo patriota nacionalista ruso. Aparte de una vasta cultura general hace gala de profundos conocimientos en humanidades, lo cual le sirve, junto a su portentosa memoria, una fabulosa inteligencia -de la que constantemente alardea sin asomo alguno de modestia- y un cierto grado de autismo que no titubea en confesar, para expresar las opiniones más extremas e impopulares que uno imaginarse pueda; y lo hace con un colorido lenguaje, chocante mezcla entre los registros más cultos y la jerga más callejera, a los que añade con frecuencia palabras de su propio cuño que, en ocasiones, hacen bastante difícil -cuando no imposible- la traducción. Pero tal vez lo más llamativo de su estilo “periodístico” son un corrosivo y permanente sarcasmo (su herramienta didáctica, como él la llama) y la furibunda agresividad con la que acomete y vitupera sin cesar a la humanidad en general y a sus propios lectores en particular, por quienes -desde su altura intelectual- siente un infinito desprecio; ataques que me resultan poco comprensibles habida cuenta de que, a la vez, no deja de lamentarse por los pocos suscriptores de pago que tiene. Esta bilis que artículo tras artículo vierte sobre su audiencia -en especial, sobre quienes no pagamos suscripción- puede llegar a hacer insufrible su lectura si antes no se blinda uno con una coraza psicológica y acepta que tal es el precio a pagar por enterarse de los iniguales contenidos que publica. Al final, acaba uno por acostumbrarse y llega a obviar de manera casi inconsciente los párrafos de su deliberado y confeso terrorismo verbal.

Muy bien informado de casi todos los temas de actualidad, en particular de cualquier cosa que concierna a Rusia (para lo cual su conocimiento del idioma es imprescindible), la mayoría de sus contenidos versan sobre dicho país, y se precia de ser -acaso con justicia- el único informador contemporáneo, en inglés, de la realidad rusa más exhaustiva y profunda y del verdadero sentir de su nación. Sea como fuere, Rolo es un escritor único: podremos estar o no de acuerdo con su feroz e indiscriminada crítica, podrá parecernos sublime o aberrante, pero lo que él publica no he encontrado yo qué otra persona lo diga.

Sin más, paso a ofrecer mi traducción de su artículo del día 4-5-2024.


Esta guerra es cada día más falsa

Olvidé informar sobre una interesante noticia de principios de esta semana. EE.UU ha suavizado las sanciones a muchos oligarcas “rusos” [lo entrecomilla porque, aunque tengan pasaporte ruso, son hebreos en su mayoría]. Los grandes exportadores de recursos naturales encontrarán que ahora es más fácil hacer negocios con los satanistas de la OTAN; lo cual creo que es algo bueno.

Licencia autorizando importaciones energéticas

Cuando se vio que Rusia, pese a estar enviando decenas de miles de hombres a morir en las trincheras del Donbass, aún comerciaba con Ucrania, la UE y Usa, casi reviento del cabreo. Pero, como enseguida descubrí, no todo el mundo pensaba que esto tuviera importancia. Algunos decían que Rusia tenía que seguir vendiendo a Occidente para poder pagar el esfuerzo bélico, lo cual es una forma de lógica muy retorcida. Imaginaos intentar ofrecer ese argumento respecto a hacer negocios con el mismísimo Satán Reencarnado, Mr. Adolf Hitlerovich. ¡Joder!, creo que lo mandarían a uno a la cárcel sólo por sugerir una cosa así. Sería, literalmente, algo imposible de concebir, ¿verdad? ¿Pero y con los OTANistas? ¡Ah, no hay problema!

En general, si decís que esta guerra es falsa, aún os embrea y empluma la “buena gente” de ambos bandos, que ha invertido muchas emociones en todos los meta-relatos de esta matanza. Unos dicen que es una guerra por Derechos Humanos Libertad Democracia. Otros, que por Valores Cristianos Tradicionales Antifa. Ambos se enfadan mucho si les decís que no es más que el negocio de siempre.

Lo mismo ocurre con las actuales protestas Palestina-Israel.

Yo creo que los agentes israelíes están desacreditando deliberadamente a los manifestantes pro-Palestina, presentando su aspecto visual más negativo y algunas conductas antisociales. Las imágenes que nos llegan de estas universidades son casi repugnantes.

No podría uno sacar una panda de cretinos más deshonrosa que ésta para apoyar públicamente una causa. Eso hará que la América [se refiere a Usa] cristiana y blanca que aún queda se aparte con repulsa y apoye de nuevo a Israel, justo a tiempo para la campaña electoral y una escalada en la próxima guerra del desierto.

Pero podéis ver cómo mi opinión sobre esto es similar a la que sostengo sobre la guerra civil eslava. Creo que en esta historia hay más de lo que aparece a simple vista, aunque el resumen general del meta-relato es el mismo: los Elegidos de Dios manipulando a todos los demás para que nos peleemos unos contra otros en lugar de dirigir nuestra ira hacia ellos. En este sentido, mi explicación de las protestas del campus y de la guerra en Ucrania es prácticamente la misma.

Creo que la gente rechaza mi enfoque porque no le presenta una visión halagadora de sí misma, y sus inflados y frágiles egos no pueden aceptarlo. Y es que si acepta uno mi visión de las cosas, entonces la mayoría de nosotros estamos, sencillamente, siendo manipulados y guiados de la nariz, una y otra vez, por nuestros superiores teológicos.

Mi lógica puede extrapolarse para explicar también el último siglo de guerras y nefandos acontecimientos. Pero nadie quiere comprender que a sus ancestros los engañaron y los superaron en astucia, con el resultado de que vivimos bajo un gobierno globalista de ocupación.

Este punto de vista sobre la política, los acontecimientos actuales y la historia reciente no es muy compatible con una cosmovisión cristiana, o conservadora, o liberal, o libertaria, o comunista o progresista, la verdad. Las únicas personas que pueden aceptar tal perspectiva son, básicamente y sobre todo, “conspiranoicos”, en modo alguno “izquierdosos” ni “derechosos”, y por supuesto también los pesimistas metafísicos. En otras palabras: si alguien está muy interesado en pensar que es un “ganador” y que es mejor que los demás, no puede aceptar que ha estado viviendo bajo una ocupación teológica, económica, política y de todo tipo. Su mente se rebela contra el bajo estatus que implica habitar tal realidad.

Tener una mente abierta requiere cierto nivel de estabilidad emocional y fuerza de identidad. Las personas interiormente muy débiles no pueden darse el lujo de albergar alarmantes teorías conspiratorias respecto a la naturaleza de la guerra, de las manifestaciones o de la crisis de turno. Lo único que conocen, como animales de rebaño que son, es el sentimiento de seguridad que proviene de resistir hombro contra hombro junto a los de su “bando”.

Cuando tengáis dudas, escoged un bando; encontrad el rebaño.

Me pregunto cuántos años necesitó la gente, tras el final de la PGM, para poder mirar objetivamente la guerra y considerar la posibilidad de que fue un malaconsejado baño de sangre que sólo benefició a quienes no participaron en él, sino que lo alentaron y financiaron. Pues si aún estáis indecisos intentad pensar ahora como si fuese la PGM, que es lo que yo hago. Estoy seguro de que a los rusos de entonces se les contaron todo tipo de sandeces sobre cómo luchaban por grandes valores morales y por Jesús, o algo así. Sabemos que, en un momento dado, la indignación por la guerra llevó al motín, al colapso, al caos y a la otra guerra, la civil. Ahora hemos tenido ya un motín en Rusia, y no puedo evitar la sensación de que las cosas sólo pueden empeorar.

Por supuesto, incluso en el peor de los casos (una verdadera guerra interna en Rusia), la misma gente seguiría declarando que todo va bien y que sólo los traidores albergan dudas sobre la victoria total contra el mal dentro de dos meses. Pensábamos que, reunidos en torno a un mapa con tanquecitos y soldaditos de plástico, estábamos planificando una guerra; pero en realidad nos hallamos en la consulta del loquero intentando descubrir qué trauma interno padecemos que nos impide comprender que la Operación Militar Especial ha sido un fracaso y que Rusia nunca tomará Odesa, mucho menos aún Slaviansk o llegar hasta el río [el Dniéper].

La pequeña guerra especial de Putin es un test de Rorschach para la sociedad. Y resulta que muchos de nosotros estamos profundamente trastornados.

Esta incapacidad para percibir nada que se parezca a la realidad se refleja en prácticamente cualquier otro asunto del día. Ved lo que ocurrió con la covid. Y ved lo fácil que fue conducir a los estadounidenses a la guerra con Irak: el 93% pensaron que Saddam había perpetrado un bio-ataque nuclear contra el 9/11 en Nueva York, o algo así.

Para hablar de heurística útil, si quieres encontrar algo que se aproxime a la realidad debes buscar siempre una opinión compartida por no más del 10% de la población. Así que si la mayoría de la gente cree que Ucrania está luchando por Democracia Tolerancia y otra minoría significativa cree que Rusia lucha por Valores Tradiciones… bueno, me parece que ya lo vas pillando.

Acerca de The Freelander

Trotamundos, apátrida, disidente y soñador incorregible
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