La cobardía de Putin

Hace un par de semanas el blog de substack Crónicas eslavas publicó un artículo titulado ¡COBARDE! Putin ha alcanzado un nuevo mínimo con su reciente falta de respuesta al ataque de Kiev a las instalaciones nucleares. Me parece que el texto contiene interesante información respecto a ese y otros temas. He aquí mi traducción al epañol.


Creo que, llegados a este punto, la OTAN podría atacar a Rusia con armamento nuclear sin que Putin hiciera absolutamente nada, aduciendo sin duda que eso es lo moral y humanitario; y tendría razón, ¿no? Devolver el golpe cuando te golpean sería un poco… en fin, malvado, ¿verdad? Recuérdese que esta es una guerra humanitaria por la superioridad moral.

Estoy refiriéndome a los recientes atentados del ejército ucraniano a los radares rusos del sistema de alerta temprana contra misiles. Según la opinión de un informante,

dicho atentado no es iniciativa de Kiev, sino un encargo hecho por EE.UU y Gran Bretaña.

La estación atacada (Voronezh-DM) no tiene nada que ver con el Distrito Militar Norte en Ucrania. Es un componente de nuestra seguridad estratégica. Los estadounidenses, escondidos en este conflicto tras las manos de los ucranianos, han decidido privarnos de nuestros ojos en dirección sur. Quizá debamos esperar intentos de inutilizar el radar Voronezh-M en Lekhtusi (Región de Leningrado) para reducir la capacidad de defensa rusa en dirección norte.

Hay que insistir, porque es importante, en que los radares de alerta temprana no están en modo alguno involucrados en el conflicto ucraniano ni suponen amenaza para ellos. Los ángulos de visión de la estación apenas captan el centro del Mar Negro. Su función es advertir a Moscú de ataques con misiles nucleares por parte de un enemigo como la OTAN. Los intentos de inutilizar tales radares no pueden considerarse sólo como perpetrados por las FF.AA. ucranianas. Es un ataque de la OTAN.

Creo que la respuesta más adecuada a esta agresión sería prohibir e impedir que los aviones de reconocimiento de la Alianza operen sobre el Mar Negro. En otras palabras, destruir los aviones no tripulados tipo Global Hawk y “expulsar” con contundencia los aviones de reconocimiento estratégico tripulados, tipo Sentry y Rivet Joint.

La OTAN aumenta sin cesar tanto la intensidad del conflicto como su participación directa en él. Y esto no cambiará hasta que demostremos fuerza y voluntad para defender nuestra seguridad a toda costa.

La gente no está más alarmada por este reciente ataque porque no tiene memoria. No puede recordar lo que venía contándose hace un mes, así que no digamos hace medio año o un año. Hubo un tiempo en que el bombardeo de Crimea por parte de Kiev se consideraba una gran escalada. Ahora, en cambio, la atacan todos los meses con impunidad. La última vez, hace unos días:

Dos paseantes han muerto en el distrito Simferopol de Crimea como consecuencia de un ataque ucraniano.

Según el presidente de la república Sergey Aksenov, también se han registrado ataques en un almacén vacío del área Alushta. La zona está siendo auxiliada por empleados del Ministerio de Emergencias.

El canal de Telegram Mash informó sobre residentes de crimea que oyeron el sonido de las explosiones. Según información anterior, los sistemas de defensa antiaéreos registran un ataque masivo con drones.

Anteriormente el Ministerio de Defensa había informado sobre estos ataques a las FF.AA. en varias regiones del país y la efectiva inutilización de 51 drones sobre Crimea, 46 sobre Kuban, 6 sobre Belgorod y 1 sobre Kursk.

Pocos recuerdan los viejos tiempos, cuando se trazaron las líneas rojas orignales. La primera se refería a un posible ataque de Kiev sobre territorio ruso. Esa línea se cruzó hace años. Ahora dirigen sus misiles contra los sistemas de disuasión nuclear. Pero esto ya se ha olvidado, como tantas otras cosas.

En realidad, la pauta está bien clara:

Paso 1: Escalada de la OTAN y Kiev.

Paso 2: Moscú fanfarronea y a continuación recula.

No hay que ser muy listo para darse cuenta de que es una mala pauta. Y las oleadas rusas de misiles de castigo son ineficaces; sólo sirven para impresionar. ¿Acaso han logrado cortar los suministros militares a Kiev? ¿Siquiera entorpecerlos? ¿Qué efecto tienen esas oleadas si llevan haciéndose hace ya dos años y los frentes de batalla apenas se han movido?

Peor aún: Putin sigue suplicando de rodillas conversaciones de paz con la OTAN. Fuentes de información de Reuters confirman que Putin desea congelar el conflicto. Esto no es ninguna revelación. Hace meses ya dije que, para mí, lo único que encajaba con los hechos era que Moscú quería precisamente eso, y salvar las apariencias esperando conservar el territorio ganado. Después vendería eso como “misión cumplida” diciendo que sus objetivos eran desnazificar y desmilitarizar zonas, no toda Ucrania. Y es que si, como parece, para Putin y sus amigos “nazi” no significa más que “un recluta con un rifle”, entonces ahora hay más nazis que nunca en Ucrania; y si “desmilitarizar” significa menos armas y munición en Ucrania, resulta que ahora también hay más que nunca. Así que necesitan disfrazar el relato.

He aquí cómo lo cuenta Reuters:

Resumen

Según fuentes rusas, Putin:

  • está dispuesto a detener el conflicto en el frente
  • intentará ganar más territorio si es preciso para presionar a Kiev a negociar
  • no quiere realizar otra movilización nacional
  • no tiene intención de marchar sobre territorio OTAN
  • está preocupado por una escalada nuclear

MOSCÚ/LONDRES, 24 de mayo (Reuters) – Cuatro fuentes rusas han informado de que el presidente ruso Vladimir Putin está dispuesto a detener la guerra en Ucrania con un alto el fuego negociado que reconozca la línea actual del frente, y que está preparado para seguir luchando si Kiev y Occidente no responden.

Tres de tales fuentes, al tanto de las discusiones en el entorno de Putin, dijeron que éste ha expresado a un pequeño grupo de consejeros su frustración respecto a lo que percibe como intentos por parte de Occidente para obstaculizar las negociaciones, y a la decisión del presidente ucraniano de descartar cualquier conversación.

Poco después salió Peskov a negar esas afirmaciones. Pero Peskov es un mentiroso notorio. Aquí:

Peskov niega que Rusia esté dispuesta a negociar el asunto de las líneas actuales del frente ucraniano como se ha dicho en medios Occidentales (https://t.me/regnum_na/58010).

Hace notar que Putin ha dicho repetidas veces que está dispuesto a negociar la situación en Ucrania, pero con el fin de lograr los objetivos dentro del marco del Distrito Militar Norte de dicho país.

Según Peskov, dichos objetivos son claros y la realidad también lo es. La Constitución de la Federación Rusa precisa la composición de sus regiones.

Ah, sí, la Constitución.

En teoría, o mejor dicho en términos legales, actualmente Kiev ocupa territorio que Moscú ha reconocido como parte de Rusia. Por supuesto el bocado más grande es Kherson, y el ejército ruso lo abandonó sin oponer resistencia. Ahora bien, en Rusia NO está permitido hablar sobre Kherson. Punto. No se tolera la más mínima mención. Pero se puede hablar sobre tomar Odesa e incluso sobre marchar hacia Kharkov. Puede uno hablar sobre todos los nazis que va a fulminar. Toda esa fanfarronería y enseñar los puños para consumo de la prole es OK. Por eso lo que debemos preguntarnos es por qué.

¿Por qué no está permitido hablar sobre Kherson?

Sencillo. Porque Putin y sus amigos tienen planeado abandonarlo. Al menos, les gustaría abandonarlo a cambio de un alto el fuego. Pero la OTAN no tiene previsto de momento dejarle a Putin sacar la pata de la pifiada que hizo en Ucrania. Como de costumbre, al poco de pedir clmencia, Kiev y –por extensión– Washington lo rechazaron. Aquí:

Zelensky responde a la propuesta de alto el fuego de Putin

Volodymyr Zelensky no considera la opción de un acuerdo de alto el fuego con Rusia, que sólo tendría sentido si las tropas permanecieran en la línea fronteriza.

“El alto el fuego ahora… es muy, muy peligroso para nosotros”, – cita Kommersant de una entrevista a Zelensky para periodistas de Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán.

En una conferencia de prensa el 24 de mayo en Minsk, Vladimir Putin habló sobre reanudar las negociaciones sobre el conflicto en Ucrania.

“Creo que las conversaciones de paz deben reanudarse, no con la ayuda de ultimátums, sino del sentido común, y deben basarse en éste”, dijo Putin. “Es necesario comprender con quién se debe y se puede tratar para llegar a la firma de documentos legales vinculantes. Debemos estar completamente seguros de que tratamos con autoridades legítimas”.

Anteriormente había aparecido información sobre la disposición de Putin a poner fin al conflicto en Ucrania a través de un acuerdo de alto el fuego que reconociese las líneas del frente actuales. Al mismo tiempo, está dispuesto a seguir luchando si Kiev y Occidente no responden.

O sea, que Putin va a tener que dejarse los cuernos para conseguir la paz. A falta de eso, intentará mantener el conflicto cociendo a fuego lengo y hacer cuanto esté en su mano para no intensificarlo y llevar a cabo su desmilitarización poco a poco.

Por último, hay una buena noticia que vale la pena compartir.

Putin continúa despidiendo a los generales de la red de Shoigu –su ex ministro de defensa– desde que fue depuesto de su cargo. De momento no está claro cómo va a quedar todo una vez que se asiente el polvo, pero ya llevamos cinco generales despedidos por corrupción.

El patriotismo, según he comprobado, es sólo una cuestión de cuándo

Antes de tener un blog ya escribí varios artículos pidiendo purgas en el Ministerio de Defensa. Esto es lo que un optimista y esperanzado yo escribió a los pocos meses de empezar la operación militar especial:

Despedir a Shoigu daría mala imagen al Kremlin ahora, pero de cara a mejorar la capacidad militar de Rusia y continuar su distanciamiento del legado de los años 90 no es lo peor que podría ocurrir; de hecho los círculos militares se alegrarían con la noticia. También por esto, en parte, los expertos militares y los oficiales veteranos han sido tan críticos con el esfuerzo bélico hasta ahora. Los militares rusos creen que esta guerra está siendo dirigida por consideraciones políticas y no como una estricta operación militar. Es famosa la frase de Clausewitz: la guerra es sólo la continuación de la política por otros medios, y tal ha sido, ciertamente, el enfoque del Kremlin en esta operación. Pero ahora, una vez agotada la posibilidad de tomar Ucrania sin enorme derramamiento de sangre, mediante medios políticos, diplomáticos o subterfugio, el único camino es volver al viejo estilo de la fuerza militar. El ejército ruso ha abandonado Kiev y otras ciudades, y está concentrándose en Donbass para destruir las bien atrincheradas tropas ucranianas. Esto no es precisamente una buena noticia para la política exterior rusa y sus ambiciones políticas. Ahora van a morir decenas de miles de soldados ucranianos. También civiles. Las relaciones con Ucrania no volverán a ser las mismas.

Pero, internamente, este no es ni mucho menos el peor resultado, porque ahora la gente de guerra ha sido llamada a arreglar lo que los políticos han echado a perder; lo cual se traducirá en un aumento del poder y el prestigio del estamento militar ruso dentro del país.

Cuando dije eso me llamaron traidor y chaquetero. En cambio ahora, cuando otros se alegran de las actuales destituciones en el Ministerio de Defensa, se los llama patriotas y resulta que siempre tuvieron razón y yo siempre estuve equivocado. ¿Cómo es posible?

Básicamente, porque creen todo lo que a la autoridad se le antoja decirles que crean. Es lo único que tienen en sus cerebros. Que se consideren “patrióticos” o “conservadores” sólo significa que les cabrea que Occidente haya llevado la doctrina homosexual demasiado lejos. Así que simplemente se apiñan en torno a alguien, a cualquiera en realidad, que les diga que la cosa gay es “no, no”. Eso es todo. Putin no apoya la sodomía, luego ellos apoyan a Putin.

Vale, admito que no es la peor razón para apoyarlo, y el actual clon de Putin que entró en circulación política alrededor de 2018 le mete caña a lo LGTB. Me parece justo.

En fin, yo había empezado este artículo con algo referente a una inminente amenaza de guerra nuclear.

No debería admitirlo, pues el catastrofismo vende mucho, pero no creo que vaya a haber guerra nuclear. Estos ataques sólo tienen como propósito presionar a Putin, obligarlo a ceder y a aceptar los términos deWashington. Recordemos que este conflicto está amañado, y que el líder ruso y sus amigos están, simplemente, luchando con montañas de injustas normas en su contra a causa de su estatus no privilegiado en la jerarquía del Nuevo Orden Mundial. A Kiev se le permite hacer de todo, pero a quienes se les imponen líneas rojas infranqueables es a Putin y a sus amigos.

¿Me alegra que rueden cabezas de generales? Bueno, con la excepción del general Popov, sí me alegra. Pero veremos si a) sus sustitutos son mejor que la catatonia y b) hay alguna indicación de que van a tomarse la guerra en serio.

Una buena señal de esto serio sería que hiciesen más levas. Si al final de estas destituciones no hay una nueva mobilización, nada cambiará. Puede uno tener los mejores generales del mundo, pero, sin gente, lo único que puede uno hacer es esperar que le concedan unas generosas condiciones de rendición. Ucrania sigue reclutando en este mismo instante y tiene hombres de sobra para enviar a sus filas. Pronto la OTAN mandará soldados que cubran la retaguardia o la frontera con Bielorrusia para liberar aún más tropas ucranianas ahora acuarteladas por todo el país o junto a activos estratégicamente valiosos. Tales zonas se volverán intocables para Rusia en cuanto los soldados británicos o franceses aparezcan por ahí, ya que Putin jamás se arriesgaría a herir a un soldado OTAN. Así que Rusia va ahora contra el reloj para arañar alguna victoria antes de que Ucrania se haga inexpugnable.

Por desgracia, Putin y su equipo parecen más preocupados por engañar al campesinado doméstico y venderle sus abyectos fracasos como brillantes movidas maestras que por ponerse serios y moverse con rapidez. De él podemos esperar ahora un nuevo baño de sangre en Chasov Yar, una pequeña ciudad sin importancia por la que, en los próximos meses, probablemente morirán miles sin el menor objeto.

Pero si no consigue vender esto como una victoria no podrá seguir manteniendo la ilusión del apoyo popular en Rusia. Las guerras perdidas son catastróficas para la legitimidad de cualquier régimen político.

Acerca de The Freelander

Viajero, escritor converso, soñador, ermitaño y romántico.
Esta entrada fue publicada en sociopolítica. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.