Me permito transcribir aquí, porque coincido ce por be con sus palabras, lo publicado hoy en una columna de opinión de Antonio Burgos sobre el Jálogüin y otras contradicciones españolas. Yo mismo no habría podido escrribirlo mejor ni más acorde con mi propia opinión.
Todos los años ocurre lo mismo en estas vísperas de Tosantos y Fieles Difuntos. Son los días de la suprema contradicción del sistema, donde hemos cambiado los crisantemos de la tradición por la importación lamentable del Jálogüin, un estrafalario Carnaval de la Muerte de un mal gusto que tira de espaldas. Media planta de juguetes del Cortinglés está dedicada a la venta de disfraces de bruja, de calaveras de plástico, de ataúdes de cartón piedra, de sangrantes caretas e incluso de lápidas mortuorias en PVC con una perfecta imitación del mármol envejecido. Es la anual y lamentable preparación de la chavalería, de la muchachada e incluso de la puretonada para disfrazarse de monstruosas almas en pena, en la celebración a la americana del Jálogüin. Hasta las tiendas de los chinos venden, tiradas de baratas, las ropas de brujas y las caretas del horror horrroroso para tan desaforado carnaval, ajeno a nuestra cultura, que siguen contradictoriamente los que luego largan contra los americanos y contra la base de Rota.
Nunca tanta gente que odia tanto a los Estados Unidos se plegó tan servilmente a las costumbres importadas desde Norteamérica. Ocurre en multitud de aspectos de la vida cotidiana. Los chavales que dicen que los Estados Unidos tienen la culpa de todos los males del mundo, crisis económica incluida, van todos contradictoriamente vestidos con una gorra de béisbol completamente americana, una camisa T-shirt completamente americana, una chupa completamente americana, unos pantalones vaqueros completamente americanos y unas zapatillas de deporte completamente americanas. Y con tal atuendo, se van a un Macdónal a cenar un guóper y una cocacola, ¡toma del frasco! Y eso que Estados Unidos es la suma de todos los males sin mezcla de bien alguno. Anda que si llegan a ser medio regularcitos nada más, no sé qué pasaría… Y con el Jálogüin, tras cuartos de lo propio. Aquí mucha protesta de los alternativos, de los indignados, de los radicales y de los progres contra los americanos y sus muertos todos (excepto los de Jálogüin), pero los de “¡bases fuera!” celebran el Día de los Difuntos copiándoles las costumbres a los marines de Rota y a los pilotos de los bombarderos de Morón.
Antonio Burgos