Riley Waggaman ha publicado otro de sus irónicos artículos sobre la deriva hacia el control digital que, a semejanza del Occidente Colectivo, sigue Rusia. Ofrezco aquí su traducción al español.
Identificación biométrica: ¿es lo que Rusia anhela?
Nadie lo ha pedido, pero nos lo colocan igualmente
Las naciones del mundo están en una carrera por ver quién puede etiquetar a su respectivo ganado del modo más seguro, voluntario y práctico posible. Entretanto, el ganado riñe en internet con respecto a cuál granjero tiene el crotal más seguro y mejor.
Supongo que es cuestión de gustos. Al fin y al cabo, aún podemos decidir quién preferimos que nos etiquete. Más o menos.
En Rusia ha habido grandes avances hacia la puesta en marcha de un crotal biométrico, que es quizá el mejor tipo de crotal jamás imaginado, porque así el ganado ya no necesita ir cargando con un trozo de papel: su cara es su etiqueta. Si esto no es práctico, que venga Dios y lo vea.
Es un hecho probado que los crotales biométricos son seguros, prácticos y 100% voluntarios; y se están implementando gradualmente para no causar sospechas ni ansiedad entre el ganado.
Permíteme demostrarlo.
Es para tu comodidad
Moscú también es una ciudad altruista y generosa:
A fines del pasado marzo el gobierno ruso anunció que los ciudadanos podrían registrarse en hoteles, spas, campings, centros turísticos y clínicas médicas usando los datos biométricos almacenados en el Sistema Biométrico Unificado “voluntario”.
Como es habitual, las autoridades insistieron en la “conveniencia” de los identificadores biométricos. El ministro para el desarrollo económico dijo a TASS que el check-in en hoteles y otras instituciones “permitirá a los huéspeces registrarse por sí mismos cuando les resulte más cómodo, sin colas ni esperas”.
Por supuesto los rusos siempre podrán seguir registrándose en hoteles y centros de tratamiendo sin que les escaneen la retina, al modo tradicional, pero ¿por qué iban a querer sufrir esa molestia?
Ahora bien, recuerda que la identificación biométrica es esencial para la comodidad y que sólo los ciudadanos que hayan incorporado sus datos al totalmente voluntario Sistema Biométrico Unificado podrán acceder a este practiquísimo método de check-in, según apuntó Rospotrebnadzor en una nota de prensa.
Y ya que estamos en ello, para finales de este año en varias regiones rusas los ciudadanos podrán relacionarse con sus burocracias locales sin presentar el pasaporte nacional [que, en Rusia, hace las veces de DNI]; bastará con que sonrían ante la cámara…
Pero para que quede absolutamente claro: los rusos nunca estarán obligados a usar la identificación biométrica; se trata de conveniencia, optimización y posibilidad de elección para los preciados ciudadanos.
También es por tu seguridad
¿No es genial esto de los crotales? Tanto si son crotales estadounidenses como europeos, esquimales, ucranianos, brasileños o rusos, todo el ganado cívico está de acuerdo en que están volviéndose cada vez más prácticos, más seguros y más necesarios en estos tiempos turbulentos e inciertos que corren.
Y, desde luego, corren tiempos muy precarios para el ganado.
El primer crotal vino promocionado como un documento para vigilar a espías, desertores y refugiados de la era PGM. Después, este documento temporal para “tiempo de guerra” se convirtió por arte de magia en el sistema de pasaporte internacional que hoy todos conocemos y amamos.
En este enlace puedes familiarízarte con la historia del moderno etiquetado de ganado, porque es importante comprender que nos aproximamos al desenlace final de los crotales, un juego que comenzó hace cien años.