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El otro día escribí una carta a los periódicos; una de tantas que les envío. Tengo suerte y, con frecuencia, me las publican; aunque, curiosamente, no siempre escogen las de mayor relevancia. En ocasiones he visto impresas algunas de las más impopulares mientras que otras, de marcado interés común, no han llegado a superar el filtro de los jefes de redacción (pese a que cada una de ellas la envío a unos ciento veinte medios). Esto me ha servido para aprender bastante sobre los periódicos y sus intereses. Pues bien: de todas esas cartas que, enviadas, han quedado sin publicar, en pocos casos me ha sorprendido tanto la falta de eco como en el asunto que a continuación expongo.
Vaya por delante que, en un país europeo moderno como se supone que es España, me parece casi imposible, a nivel personal, no estar en contra de cualquier medida que pueda suponer la más mínima merma en su calidad. Soy el primero en cuestionar las medidas que, en este sentido, está tomando el ejecutivo madrileño, y creo que en esto estamos casi todos de acuerdo (o al menos así lo espero).
Ahora bien: de las huelgas que he visto en mi vida, ninguna he encontrado tan engañosa -por no decir fraudulenta- como la que en estos días llevan a cabo los empleados del sector sanitario público de Madrid. Desde luego, me parece muy legítimo que, quienes teman por sus condiciones laborales o sus puestos de trabajo, acudan a un medio tan democrático como es la huelga para conservarlos; pero, por favor, que no le tomen el pelo a la gente ni quieran encandilarla como a niños: “La sanidad no se vende”, “Los recortes matan” o “Luchamos por tu salud” son el tipo de consignas que están utilizando para ganrantizarse el apoyo popular; pero estos lemas rozan, en mi opinión, lo insultante. ¡Hombre!, no ofendan la inteligencia del pueblo ni exploten el romanticismo de una supuesta cruzada altruista sin precedentes, haciéndonos creer que están inmolando sus economías domésticas (ya que su huelga les pasará factura en las nóminas de noviembre y diciembre) y luchando como mártires con el principal objetivo de salvaguardar “el derecho a la salud de todos”. Vaya por Dios, ¡qué nobleza! No digo que no haya seres humanos capaces de un gran desinterés, pero, si los hay, son -por desgracia- una ínfima minoría; y el colectivo médico, que yo sepa, no destaca especialmente por su bondad; no más que cualquier otro, al menos.
A poco que se piense, pronto se comprende que el personal sanitario no está haciendo más que pelear por lo suyo, como lo haría cualquier hijo de vecino; pero ¿cuántos de ustedes creen, de verdad, que si las medidas de privatización hubiesen venido acompañadas de mejoras salariales y laborales para cada uno de esos empleados, se habrían movilizado en esta huelga?
(Aparte, en los tiempos de graves recortes presupuestarios que corremos, con las arcas públicas bajo mínimos, no me parece de recibo que estos huelguistas hayan empapelado sus batas, los centros y los hospitales con decenas de miles de folios impresos a costa del contribuyente, agravando aún más nuestra carga tributaria. No es el montante de ese gasto, sino el gesto, lo que en este caso destaco.)
Pues bien: de este punto de vista no se ha hecho eco la prensa esta vez; y no por falta de gente que opine como yo, me consta. Opiniones bastante más impopulares he visto publicadas. Por eso me pregunto: ¿a qué temen ahora los medios? ¿Conservamos aún, en el siglo XXI, los restos de un temor primitivo, subconsciente y reverencial a la medicina? ¿O es que el colectivo médico tiene un poder fáctico mucho mayor del que yo le atribuía? Nunca deja uno de aprender cosas sobre la prensa y, también, la sociedad en la que vive.
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Comenzare mi replica disculpandome por no usar tildes (no escribo desde Espana), y con una frase que espero no tomes como algo personal, sino como una critica sincera: Como todos tus escritos sean de esta profundidad, lo que me extraña es que algun periodico te publique algo.
En primer lugar, y como defensa al medico: En un año 20% de recorte en su salario y una paga extra menos, sin huelga. Plan de privatizacion de la sanidad publica madrileña, y se convoca huelga. No se si calificarla de totalmente altruista, pero desde luego no es una huelga egoista.
En segundo lugar, con un mes de salario del consejero de sanidad de Madrid, tienes para todos los folios e impresos que se hayan utilizado en esta huelga, y eso tambien es a costa del contribuyente.
Para finalizar, tu pensamiento no es solo impopular, es de una simpleza insultante. Mas aun cuando entiendes las repercusiones que provocaria una hipotetica privatizacion de la sanidad publica como una “pequeña merma en su calidad”. Plantearlo de este modo es vergonzoso si intentas escribir algo serio e imparcial. Es como decir que perder una pierna supone un ligero inconveniente a la hora de caminar.
No soy mu dado a responder en blogs, y menos aun cuando se trata de escritos claramente tendenciosos, populistas o, como en este caso, sencillamente vacio de contenido. Pero en este caso me he animado ya que, aun sin trabajar en sanidad, afecta a mi salud, y a la tuya… a la de todos.
Te animo a profundizar mas en escritos posteriores, o en su defecto, simplemente a pensar. Uno de los grandes problemas no ya de este pais, sino de este mundo, es el tuyo. Nos quedamos en la superficie, en lo que supone en terminos economicos unos folios impresos cuando lo que esta en juego es tu salud, la de tus padres, y la de tus hijos.
Un saludo y animo sincero con ese gran ejercicio que supone pensar por uno mismo y abstraerse de la informacion sesgada y manipulada por politicos y medios.
Orsnamite.
Pues si empiezas tu réplica con ese párrafo, me parece que la empiezas con el pie izquierdo (el mismo con el que la terminas, dicho sea de paso), porque es de una contradicción pasmosa, ya que me haces una crítica personal que esperas no me tome como algo personal. Una crítica que, además, entra de lleno en la categoría de los argumentum ad hominem, que no discuten las razones, sino la persona. Mal comienzo.
Y no sólo mal comienzo, sino débil argumentación posterior. Los recortes salariales y la supresión de paga extra los sufrimos casi todos los españoles y, en cualquier caso, todos los funcionarios por igual; y sí que se ha hecho huelga por eso (recuerda la última huelga general), pero no se han utilizado eslóganes engañosos pretendiendo que se hacía “por los derechos de los demás”. Aparte, aunque al consejero de sanidad le quiten el sueldo, no deja de ser poco ético gastar el dinero del contribuyente para costear los carteles de una huelga que busca preservar intereses particulares. Te recuerdo que “altruista” no se opone a “egoísta”. Y en cuanto a lo de la “merma en la calidad”, sólo te sugiero que releas mi artículo con más atención y te enteres bien de lo que digo. La verdad es que me conformaría con que la gente aprendiese a leer.
Por lo demás, el resto de tu réplica no pasa de ser una serie de insultos más o menos velados (nada personal, claro) a los que, de momento, no voy a tomarme la molestia de responder. Baste decir que, para estar mi artículo tan vacío de contenido como dices, no se entiende mucho que hayas roto tu regla de no responder en blogs…
Soy una persona pobre, y que trabaja más de 12h al día por unos míseros 800€ que me dan para pagar el alquiler y poco más, lo que yo no veo normal es que muchos funcionarios, de los cuales conozco a unos cuantos hagan 2 gestiones al día que les lleva 1 hora o hora y media.. y el resto del día se lo pasen en la cafetería de charleta, descargando películas para su hijo o tocándose los huevos.
A esa gente le estamos pagando sus paseos a la cafetería y todas esas horas tocándose los huevos.
En este país, al igual que políticos corruptos (prácticamente todos) y banqueros ladrones y genocidas hay trabajadores corruptos, que no pegan un palo al agua y están cobrando mas de 1000€ por tocarse los huevos, y lo peor de todo, es que cuando les haces trabajar un rato hasta se enfadan! para colmo a la hora de echar alguien a la calle, echan al que está allí trabajando y dejan a los que se tocan las pelotas.
Es que el problema viene de base señores, este sistema es inhumano, defiende y elogia al ladrón y castiga y humilla al trabajador, entonces pensando para cada uno como casi todo el mundo hace, y no por los demás, hagámonos ladrones o chupócteros como los políticos si queremos vivir bien.
Adaptarse o morir, país de ladrones, si no eres un poco ladrón te dan por donde amargan los pepinos y te quedas en la calle y sin trabajo.
Quitemos de sus puestos acomodados de funcionarios a los tocadores de huevos profesionales, y pongamos ahí a gente con ganas de trabajar y que realmente se merezcan su sueldo, que lo pagamos todos coño…
Es que me da mucha rabia que se defienda a los funcionarios cuando la mayoría también están chupando del bote y no pegan un puto palo al agua, y perdón por mi vocabulario, no soy de una urbanización ni de una zona ajardinada perfecta para tus hijos, soy un puto trabajador de un puto barrio obrero que está hasta los mismísimos ya….
Un cordial saludo.
Estás de acuerdo con el derecho de huelga y en contra de los recortes y la privatización en sanidad, pero no estás de acuerdo con el uso que se hace del primero (que te parece exclusivamente interesado y corporativista), para detener los segundos (que también son interesados y de dudosa licitud). Bien, entonces ¿qué propones hacer para luchar contra ellos?
Ese es otro debate, probablemente más profundo y sin duda mucho más complicado, para el que, confieso, no tengo respuesta. Por eso no lo he propuesto. Lo que yo estoy planteando aquí es una simple verdad de Pero Grullo: que las consignas esgrimidas en esta huelga son falsas y manipuladoras. Los empleados sanitarios están haciendo huelga NO para defender la sanidad, sino sus condiciones laborales. ¡Puntoª! El que de esa defensa pueda resultar, como algo colateral, un beneficio para la sanidad (lo cual estáría por discutir), no justifica el engaño de los eslóganes.
Lo aclaro una vez más, para evitar que los próximos lectores caigan en el mismo malentendido: no me parece mal que la huelga sea interesada (de hecho, no concibo una huelga que no lo sea); lo que me parece mal es que traten de hacernos creer que es desinteresada.
Totalmente de acuerdo, esas frasecitas sólo tiene un fin, el chantaje emocional y la confusión. Y aunque en un inicio tenía gran apoyo popular, según van anulando citas médicas importantes a personas ajenas a su entorno, este apoyo se está diluyendo paulatinamente. No es de recibo utilizar la salud de niños y ancianos, el resto nos apañaremos como se pueda, como rehén para conseguir mantener un estatus. ¿No son suficientes herramientas las manifestaciones, concentraciones, marchas, notas y conferencias de prensa?
Del mismo modo es vergonzoso ver cómo el médico que niega pasar consulta en la seguridad social lo hace por la tarde en su consulta privada o en una sociedad médica privada. Y, por último, señalar que hay muchos profesionales que no están de acuerdo, aunque no se les oiga tanto por miedo a represalias.
En un momento tan delicado duele la falta de delicadeza que demuestra el sector público al poner el grito en el cielo por una paga extra cuando hay hogares con todos sus miembros en el paro.
Mal camino llevan, sin duda.
PD. Pensar por uno mismo no es creerse lo que dicen los sindicatos a pies puntillas y pensar que el resto del mundo está equivocado.
Mira, ese es un detalle en el que no había caído: que seguramente muchos de los que hacen huelga contra la privatización de la sanidad por la mañana, trabajan en la sanidad privada por la tarde. Una doble vara de medir.
No obstante, y aunque no suelo defender a los funcionarios, creo que en este caso no se debe meter a todos en el mismo saco: en este momento los que están haciendo huelga son sólo los funcionarios de sanidad.
La huelga es un arma que tiene el trabajador para presionar al patrón mediante el perjuicio de éste. Una huelga de funcionarios es, por lo tanto, provocar deliberadamente un perjuicio a los ciudadanos, que son en último término los jefes de los funcionarios. Es por esto que en Alemania, por ejemplo, los funcionarios no pueden hacer huelga, y por esto, para evitar los abusos que tan familiares nos resultan, también nuestra constitución prevé expresamente el desarrollo de una ley de huelga (aunque todos los Gobiernos que han pasado han preferido mirar para otro lado y hacer como que no se enteraban de lo que dice la Carta Magna).
En cualquier caso, la gestión privada suele ser siempre más barata, y no tiene por qué redundar en una merma del servicio, incluso al contrario, es precisamente el puesto funcionarial lo que termina degradando el servicio prestado, ya que mientras que el contratado laboral está sujeto a la obligación de ser productivo, el funcionario puede, y normalmente lo hace, tocarse las narices, ya que su puesto está blindado aunque no de un palo al agua. Y la gestión pública tiende, siguiendo aquella máxima socialista de que “el dinero público no es de nadie”, a despifarrar sin medida, ya que no tiene que rendir cuentas a nadie. Pero lo más grave, es como intentan deliberadamente confundir privatización con gestión privada, construyendo de esa manera un hombre de paja al que pueden dar la forma que quieran, de manera que los ciudadanos menos avisados se convencen de que lo que nos espera es poco menos que una copia del modelo estadounidense, cuando la realidad es que el cambio es transparente para el usuario, y sólo lo notará el personal sanitario, que probablemente deje de disfrutar de muchos de los privilegios de los que hoy goza.
Estos médicos son los que hacen “objeción de conciencia” proporcionando sanidad a los ilegales (en cuyos países no sólo no se daría atención en el caso inverso, lo mismo que en todos los países del mundo salvo España, por cierto, sino que las urgencias se cobrarían. a costa de nuestros impuestos, durante horas que les pagamos nosotros, en instalaciones que pagamos nosotros y con instrumental que pagamos nosotros. ¿Alguien se imagina a un médico de los que nos roban y degradan el servicio al resto de los ciudadanos para “cumplir con su conciencia” atendiendo ilegales en la consulta privada vespertina, haciendo esperar a pacientes de pago? Solidarios, pero con el dinero de los demás.
Estoy en general de acuerdo con tus comentarios; si bien mi artículo, en este caso, quiere hacer hincapié en lo engañoso de los lemas que han esgrimido los médicos para convocar su huelga, que por lo demás es perfectamente legítima.
No obstante, es muy intersante la cuestión que planteas sobre la ética (or lack thereof) de una huelga de funcionarios. Por muy de acuerdo que esté, como funcionario que he sido, en que la mayoría de nosotros rendimos poco, no sería justo generalizar; y, por otra parte, ¿con qué argumentos podría privarse, o limitarse, el ejercicio de la huelga a un colectivo que “no tiene la culpa” de que su empleador sea una Administración públca?