“Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.”
Artículo 248 del Código Penal español
El Ejido Shopping (elejidoshopping.com) es una tienda online que ofrece precios muy económicos, a veces tan sorprendentemente bajos que, pese a las sospechas que inevitablemente le surgen a uno ante algunas de sus increíbles ofertas, pese al aspecto un poco chungo de su web y, sobre todo, pese a la abundancia de malas opiniones y puntuaciones que sus clientes/víctimas le han dedicado (por ejemplo aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí), puede resultar difícil, en un momento dado, vencer la tentación de hacerles una compra.
Tal fue mi caso hace algunas semanas, cuando encontré en Elejidoshopping un ordenador portátil que llevaba días buscando y que la competencia vendía entre un 50% y un 80% más caro. El ahorro era tan grande que pensé que valía la pena arriesgarme. En última instancia -me dije-, si algo sale mal lo peor que puede ocurrir es que tenga que pasarme unos cuantos meses poniendo reclamaciones hasta recuperar mi dinero.
La web de El Ejido Shopping indicaba que tenían tres unidades de ese portátil en stock, lo cual me pareció que infundía cierta confianza: si detallaban el número exacto de unidades disponibles (en lugar de un vago “hay existencias” o un más vago aún “llámenos para consultar disponibilidad”) quería decir que llevaban un buen control de sus almacenes o una buena coordinación con sus proveedores. Así que me di de alta en su web, añadí el portátil al carrito de la compra y procedí a efectuar el pago.
Lamentablemente (aunque esto luego resultó ser providencial) no pude pagar con tarjeta bancaria, pese a intentarlo hasta cinco veces: en unas ocasiones la plataforma me devolvía un mensaje diciendo que mi banco había rechazado el pago; en otras, que lo había rechazado el comerciante. Pero tan buen precio tenía el portátil que hice un sexto y último intento, escogiendo esta vez la modalidad de pago por transferencia. Ahora todo pareció ir bien, y enseguida recibí un email confirmando el pedido e indicándome una cuenta bancaria a la que debía transferir el dinero. Además, a continuación, comprobé en su web que el número de unidades disponibles había bajado de tres a dos, lo cual parecía sugerir que, pese a todo, la plataforma funcionaba relativamente bien.
No obstante, algo escamado por los primeros intentos fallidos con el mensaje “Pago rechazado por el comerciante”, antes de hacer la transferencia creí prudente cerciorarme de que no habría ningún problema con la compra; así que les envié un mensaje a su correo de contacto para que me confirmasen tanto el precio como la efectiva disponibilidad del portátil.
Como al día siguiente por la tarde aún no había recibido respuesta, abrí un chat online, disponible en su web, para preguntárselo directamente. La persona que me atendió me dijo enseguida que no les quedaba ninguna unidad, no sólo de ese modelo sino tampoco de otro muy similar (e igualmente barato), del cual había visto, la tarde anterior, que tenían siete existencias. Como, obviamente, era muy improbable que los hubiesen vendido todos justo a lo largo de esa mañana, me quedó claro que la información sobre su stock era totalmente errónea.
Tener desactualizadas las existencias de productos que, en las webs de ventas, figuran como “en stock” (y no digamos ya hasta el punto de detallar el número de unidades disponibles) es una deplorable práctica comercial, especialmente frecuente en el sector dropshopping, que es al que -por lo que colijo- pertenece El Ejido Shopping. Dropshopping es una práctica de comercio electrónico consistente en ofrecer al comprador productos que la tienda no tiene físicamente en stock. De hecho, el comerciante puede incluso no tener almacén y ni siquiera oficinas, sino simplemente estar “conectado” online con sus proveedores (o directamente con el fabricante), a quienes les traslada los pedidos que sus clientes le hacen, ahorrándose así gravosos costes que le permiten ofrecer precios muy competitivos. Pero, precisamente por eso, en este tipo de negocio deberían extremar la fiabilidad respecto a la información que publican sobre “existencias” y jamás anunciar como disponibles productos de los que no tengan la seguridad que pueden ser enviados al cliente, ya que, de otro modo, éste puede estar pagando un artículo que jamás recibirá, con lo cual ya tiene garantizado el problema, pues a la hora de recuperar su dinero todo son trastornos, pegas, preocupaciones, demoras y, en el mejor de los casos, enojosas pérdidas de tiempo; en tanto que el vendedor engorda temporalmente sus cuentas con unos fondos que no le pertenecen, pues los ha recibido por “ventas” de unos productos que, en realidad, no podía suministrar y cuyo importe deberá (o debería) devolver tarde o temprano.
Volviendo a mi conversación de chat con El Ejido Shopping: al afearle esta práctica a la persona que me atendió (al parecer, el dueño y único responsable de la tienda, según algunos comentarios que he leído por internet), se apresuró a retirar de su web -silenciosamente y sin admitir negligencia alguna- todos los portátiles de la marca en cuestión que tenía anunciados, mientras intercambiábamos los siguientes mensajes:
ELEJIDO: Que hacemos si fujitsu los a retirado
FREELANDER: Pues tener actualizada la web. Esta madrugada había “en existencia” al menos siete Fujitsu que ahora mismo veo que ya no tenéis. Obviamente no los habéis vendido durante estas cinco horas, sino que acabáis de retirarlos. Si llego a hacer la transferencia, según me indicábais en el email que recibí, ya tenemos el lío montado.
ELEJIDO: Si lio llevamos 20 años. No robamos a nadie. Si haces transferencia se devuelve automatica. O pay pal o tarjeta o aqui en la tienda.
FREELANDER: ¿Y no es mejor actualizar la web para que nadie tenga que perder el tiempo y pasar el temor de perder también su dinero? Después de 20 años, si sois tan profesionales, ya tendríais que haber aprendido a no anunciar stocks que no tenéis.
ELEJIDO: La actualizan los fabricantes si retiran un producto. En 24 horas actualizan.
FREELANDER: ¿Y han retirado todos los Fujitsu justamente entre las 6 de la madrugada y la hora actual, justo después de haber chateado conmigo? ¡Qué casualidad! ¿O no será más bien que acabas de retirarlos tú?
ELEJIDO: Claro. No vamos a esperar al lunes. Acercate al shopping q tienes en Grana. Compralo.
FREELANDER: ¿Grana supongo que será Granada?
ELEJIDO: Claro.
Es decir -y sin entrar a comentar su gramática- que el hombre quería responsabilizar a Fujitsu de la errónea (por no decir “engañosa”) información en su web y hacerme creer que él no tenía ni arte ni parte en lo que anunciaba como “en stock”; refiriéndose, por lo demás, como argumento de peso en favor de su incuestionable reputación a sus 20 años de existencia; una existencia, por cierto, a mi parecer incomprensiblemente longeva, habida cuenta la mala praxis comercial, la falaz información y el impertinente trato al cliente, como se verá. Aparte de que ese “No robamos a nadie” era ya algo revelador de por sí: excusatio non petita, accusatio manifesta.
Sea como fuere, en vista de la negativa impresión que acababa de causarme decidí que ese vendedor era de nula confianza y le pedí que elminiara mi cuenta, que abrí para comprar el portátil, y que borrase mis datos de su fichero informatizado.
FREELANDER: Bueno. De todas formas quiero cerrar mi cuenta en la web y borrar mis datos según indica la Ley de Protección de Datos. Dime cómo tengo que hacer.
ELEJIDO: Q cuenta.
FREELANDER: Mi cuenta en elejidoshopping.com
ELEJIDO: Aqui solo tienen cuenta los profesionales.
Una nueva falsedad manifiesta. Ninguna información “profesional” se me solicitó a la hora de crear la cuenta, ni figuraba en parte alguna que sólo los profesionales pudiesen hacerlo. Este hombre no tenía el menor reparo en mentirle a uno a la cara y quedarse tan fresco.
FREELANDER (haciendo copia y pega de un apartado en la propia web de la tienda): “Solicitud de rectificación y supresión. Tiene derecho a modificar toda la información personal que se encuentra en la página “Mi cuenta”. Para cualquier otra solicitud que pueda tener con respecto a la rectificación y/o supresión de sus datos personales, contáctenos a través de nuestra página de contacto. Revisaremos su solicitud y le responderemos lo antes posible.”
ELEJIDO: No te preocupes se elimina solo.
FREELANDER: Ni de coña se elimina solo.
Confío en que, ante esa tercera mentira descarada (“No te preocupes, se elimina solo”), se comprenda mi impaciente respuesta. La información guardada en las bases de datos nunca se elimina sola. Ha de borrarla manualmente el responsable del fichero. Pero dicho responsable no se contentó con mentirme, sino que se sintió en la necesidad de mostrarse grosero:
ELEJIDO: A ver que quieres.
FREELANDER: Que canceles mi cuenta y borres mis datos de la base de datos informática en la cual se han grabado.
ELEJIDO: Darme la tabarra.
FREELANDER: Pues sí que voy a darte la tabarra como no me canceles la cuenta. Para empezar, una reclamación ante la Agencia de Protección de Datos. Encima el tío se pone borde.
ELEJIDO: Pues venga a reclamar.
FREELANDER: Muy bien.
Ahí acabó nuestra conversación. Por suerte no tuve que ponerme a redactar la reclamación porque, cinco minutos más tarde y pese a su última vacilada, mi cuenta ya había desaparecido de su web.
Así que el lector que haya llegado hasta este artículo tiene aquí otra experiencia más con la que valorar si le compensa arriesgarse a comprar en esa “tienda”. No puedo afirmar con seguridad que la práctica comercial de El Ejido Shopping encaje en el tipo penal de la estafa, sobre todo porque no tengo ciencia cierta sobre la intencionalidad (el animus lucrandi) de su propietario. Pero el modo de llevar ese negocio me parece, en el mejor de los casos, irresponsable, y los modales de ese sujeto demuestran un considerable desprecio hacia sus clientes.